Muchos estudiantes del país no han tenido clases presenciales ni remotas por casi dos años, y han comenzado el primer semestre de este año a media máquina, con una alta inasistencia. Esto es especialmente crítico para las y los estudiantes de cuarto básico, pues entre primero y tercero se adquieren las habilidades de escritura, lectura y aritmética básica, que son pilares para el tránsito por las distintas disciplinas del currículo escolar y para desenvolverse en los ámbitos laboral, social o cultural de la vida adulta.
Sin embargo, muchos de estos niños y niñas, luego de comenzar a aprender a leer en primero antes de la pandemia, no leyeron más por dos años durante la crisis del COVID-19.
Aprender a leer es la mayor transformación cerebral que induce la escuela. Implica conectar circuitos neurológicos especializados en varias partes del cerebro, un gran engrosamiento del cuerpo calloso que conecta a ambos hemisferios, y esto sólo se logra con años de persistente práctica. En consecuencia, en muchos estudiantes, lo aprendido antes de la pandemia se esfumó con ésta. Son estudiantes que están en cuarto básico, pero que recién ahora están aprendiendo habilidades y contenidos de primero. Es por esto que cuarto básico es el grado más dramático.
El proyecto Conecta Ideas que hemos estado evaluando se concentra justamente en este grado: cuarto básico. Lo hace en matemáticas, pero también incluye escritura, y argumentación escrita. Se trata de una estrategia pedagógica estructurada y con apoyo tecnológico que desarrollé junto a un equipo que ahora dirijo en el CIAE de la Universidad de Chile. Combina el juego (gamificación), la argumentación escrita y la colaboración entre estudiantes de un mismo curso para enseñar los contenidos curriculares. Un estudio controlado aleatorizado en 2017 del CIAE con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la fundación canadiense International Development Research Center (IDRC), con 24 cursos en tratamiento y 24 en control, y mediciones con SIMCE, obtuvo aprendizajes extras equivalentes a 50% más de clases. Es decir, en tres o cuatro años podrían recuperarse todos las y los estudiantes. Hasta ahora se ha aplicado en centenas de escuelas de Chile y del Perú. Por sus características —alta motivación de los estudiantes, colaboración interpares y buenos resultados medidos—, podría ser una buena alternativa para enfrentar los efectos de la pandemia.
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Para la recuperación del avance escolar existen soluciones muy efectivas; por ejemplo, tutorías personalizadas. Sin embargo, éstas son sólo efectivas si los tutores tienen experiencia y, por otra parte, no son escalables (extensibles a todo el país). No existen tantos miles de tutores disponibles.
Si nos concentramos sólo en cuarto básico y en el 25 por ciento de escolares con aprendizajes más descendidos, necesitamos que cerca de 50 mil estudiantes tengan acompañamiento de tutores. Un tutor que acompaña en una sesión diaria a dos estudiantes simultáneos logra cubrir, a lo más, a ocho estudiantes al año. Por lo tanto, necesitaríamos al menos de 6 mil tutores a tiempo completo para atender ese 25 por ciento de estudiantes más descendidos de cuarto básico.
Otra opción es una pedagogía estructurada, con apoyo tecnológico y monitores que sean compañeros/as de curso. Para implementar el programa, un/a profesor/a entrenado/a en la tecnología apoya una sesión de noventa minutos de aprendizaje activo y estructurado. La estrategia cuenta además con el apoyo de estudiantes monitores, que son seleccionados del mismo curso.
Este año 2022, el proyecto aleatorizado controlado que estamos implementando desde el CIAE (1) es de una magnitud mayor: 137 cursos de escuelas distintas en tratamiento y 95 cursos de otras escuelas en control. Además, lo hacemos en las condiciones particularmente desafiantes de la pospandemia. Los resultados de la evaluación de proceso, mostrados recientemente por J-PAL son excelentes: se encuestó a 3.200 estudiantes, 110 profesores y 105 directores y/o jefes de UTP. 96% de los profesores está de acuerdo con que las y los estudiantes se ven motivados en las sesiones, y 90% de las y los escolares señala que les entusiasma estudiar matemáticas en el taller de Conecta Ideas.
Adicionalmente, en el CIAE-IE estamos también analizando el efecto en la argumentación escrita y en habilidades socioemocionales.
La estrategia de Conecta Ideas de gamificación, argumentación escrita y compañeros monitores, es una muy buena alternativa para enfrentar el gran desafío de recuperación en los cuartos básicos. Es completamente escalable a todo el país. También puede extenderse a los terceros y quintos básicos. La fundación GRADE y el BID están implementado Conecta Ideas en Perú en esos grados, y lo hacen con el apoyo de un grupo de investigadores del CIAE que dirijo.
Ahora hay que correr. Hay que empezar a recuperar. Mientras más demoremos en comenzar, se agranda la brecha, y más difícil es para los estudiantes y profesores alcanzar a los demás.
Fuente: Ciperchile.cl